La influencia de Dylan en la música popular contemporánea es incalculable, abarcando varios estilos desde el folk al country, desde el blues al rock.
A mediados de 1960, obtiene su primer contrato para cantar en Colorado. Acompaña su inconfundible voz con la guitarra y la armónica y empieza a desarrollar el estilo que le acabará haciendo célebre. Poco después, decide probar fortuna en Nueva York, a donde llega en enero de 1961. Se introduce en el ambiente folk de Greenwich Village, toca regularmente en Gerde’s Folk City y un año después es ya bastante conocido. John Hammond, cazador de talentos de la CBS, le ofrece un contrato de grabación.
Los últimos años 80 y primeros 90 son quizá los de menos intensidad creativa en la carrera de Dylan, aunque logra algunos discos notables, como Under the Red Sky (1990).
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